LA GRIETA NUESTRA DE CADA DIA


Como es habitual en nuestro País y gracias a lo rico de nuestro lenguaje, los argentinos le cambiamos los nombres a las cosas como si fuesen nuevas realidades, cuando en realidad no se trata mas que de viejos problemas en un nuevo contexto.

Los enfrentamientos políticos originados en mezquinas cuestiones personales, nos acompañan desde nuestro surgimiento como País.

Los enfrentamientos muchas veces generaron disputas salvajes, hasta se derramó sangre, pero siempre, siempre nos trajeron atraso.

Desde hace un tiempo reciente, venimos escuchando que el problema hoy es la grieta que existe entre dos expresiones políticas. Yo, desde mi observación, siento que esa no es la verdadera grieta.

Siento que la grieta que nos está lastimando como sociedad, que está generando atraso y pobreza, es la que existe entre la dirigencia política y la gente.

Observo que hay dos carriles paralelos pero que no se cruzan ni mucho menos interactúan. Siempre he pensado que la política era la herramienta que sirve para modificar la realidad y que quienes participaban en ella lo hacen desde el compromiso de sus ideas, más allá de cualquier ideología, pero siempre en la búsqueda de mejorar la realidad.

Veo hoy una sociedad angustiada por una inflación que devora salarios y paraliza la economía, decepcionada por la degradación constante de la calidad institucional y, por otro lado, una dirigencia hablándose a sí misma, sin escuchar, dándole la responsabilidad a la gente, cuando debe ser al revés.

La falta de empatía de la dirigencia alrededor de los problemas de la gente, de lo que es valioso para los argentinos, ha trazado una grieta enorme que divide, por un lado, a quienes necesitan respuestas y del otro a quienes deberían generarlas.

Hay que generar un nuevo pacto social entre dirigentes y dirigidos, a partir del reconocimiento de que, la política, es fundamentalmente una acción de servicio hacia los demás, un acuerdo que restablezca el valor de la palabra y aunque suene antiguo, rediseñe el papel de servidor público.

Es hora de predicar con el ejemplo, honrar la responsabilidad que otorga ser votado por los conciudadanos y restablecer la ética, la transparencia y sobre todo el compromiso, como la única brújula que debe tener la política.

Po el lado de quienes representamos instituciones profesionales, debemos cuidar a nuestros colegas, alzar nuestra voz para que entre todos exijamos un cambio de actitud y conducta que comience a cerrar definitivamente la grieta nuestra de todos los días.

Un gran abrazo

Farm. Germán Daniele

Pte. Colegio de Farmacéuticos de Córdoba

Sec. Cofa

Pte. Amprosa